Podemos sentarnos relajadamente, en paz, y dejar que nuestra mente descanse y envié a nuestro cuerpo vibraciones frescas y suaves.
Hay un hermoso jardín dentro de cada uno de nosotros. Visualizo mi jardín interno, en el cual el paisaje ofrece una variedad única. Hay una gran gama de semillas. Cada semilla es una planta en potencia y cada planta en potencia puede dar frutos, de la misma forma en que, en la profundidad de nuestra personalidad interna yace el jardín de nuestro potencial. Al mirar este jardín interno con los ojos del amor, es como si regáramos los sembradíos de nuestras vidas internas. El silencio me permite alcanzar los rayos del sol y que su luz despierte las semillas que hay dentro de mí.
Igualmente, puedo extender esta visión de amor hacia todos y todo, percibiendo sus cualidades y capacidades aun cuando solo estén en la forma de semilla, permitiéndoles así́ despertar y convertirse en fuertes brotes que fortalecen su personalidad.
Entre más confió en mí misma (o) y en los demás, más me puedo apoyar en esa confianza.