Podemos sentarnos relajadamente, en paz, y dejar que nuestra mente descanse y envié a nuestro cuerpo vibraciones frescas y suaves.
Si pensamos que la vida o las cosas son complicadas para nosotros, nos volvemos temerosos, rígidos e incapaces de encontrar soluciones.
Por el contrario, cuando somos simples y confiamos en que las soluciones a los problemas están a un pensamiento de distancia, permitimos que emerja desde nuestra sabiduría interna nuestra capacidad para buscar soluciones y, al liberarme a mí misma (o) de las complicaciones, me vuelvo libre. Las necesidades del ser humano son muy pocas. La complejidad de su codicia y sus deseos hace que su vida sea muy complicada. En silencio, me permito a mí misma (o) volver a la esencia de lo que realmente quiero experimentar, más allá́ del tener o no tener. Sólo deseo ser pacífico, ser feliz, ser libre. Lo que sea que se sienta bien para usted, puede experimentarlo justamente ahora. La idea de que necesitamos cosas para ser felices está muy profundamente incorporada en nuestras creencias subconscientes, pero, por uno o dos minutos, puedo darme el lujo de la simplicidad y de simplemente ser feliz sin nada, sólo con mi propio potencial interno, para experimentar ese contentamiento y esas fuertes vibraciones. Puedo disolverme junto con mis creencia sobre necesidades y dependencias. Puedo ser simple, sin complicaciones, libre y feliz.